….porque a medida que el marco hegemónico de la normalidad se estrecha, la patologización de lo considerado como anormal va aumentando. Si bien los diagnósticos psiquiátricos en ocasiones ayudan a quien los recibe, también en muchas otras ocasiones provocan un grave daño. Junto al cuestionamiento del modelo médico de la locura y la oposición a las prácticas coercitivas de la psiquiatría -ingresos en hospitales psiquiátricos, contenciones físicas (mediante correas) y químicas (mediante el consumo excesivo y prolongado de psicofármacos)-, se hacen necesarias maneras no patologizantes de abordar el sufrimiento psíquico, construyendo alternativas a la violencia psiquiátrica; formas colectivas de pensar y accionar prácticas respetuosas.